sábado, 18 de octubre de 2014

Preguntas de un obrero ante un libro de Historia (Bertolt Brecht)


Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿a dónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién paga sus gastos?
Una pregunta para cada historia.


Este poema del dramaturgo y poeta Bertolt Brecht debería ser obligatorio en todas las clases de Historia, tanto a nivel E.S.O como a nivel de Bachillerato. El poema, a pesar de breve, es muy clarividente sobre la Historia y especialmente sobre su enseñanza. La Historia suele ser entendida por la mayoría de las personas como una disciplina seca y aburrida. Además, la Historia es observada por muchos como el acontecimiento de grandes batallas, la acción de grandes figuras o la sucesión de periodos históricos, todo ello sin una conexión con el presente y con la vida de las personas. Por ello la lectura del poema de Brecht podrá inducir a la reflexión a los alumnos de E.S.O y de Bachillerato sobre la proyección en el presente de los acontecimientos históricos pretéritos, sobre cómo la Historia no son grandes batallas, no son grandes decisiones de figuras extraordinarias, sobre cómo la Historia no es una mera sucesión de etapas sin ningún nexo común entre ellas. El profesor de Historia, sea en la E.S.O, sea en el Bachillerato debe tratar de hacer ver a sus alumnos que la Historia es algo que les influye en su día a día. Qué la Historia también esta realizada por las clases populares y no sólo por aquellos que aparecen en los libros de Historia. Qué la Historia no sólo la escriben los vencedores. Qué no sólo existe un discurso histórico. Pero , especialmente, qué a través del conocimiento de los principales acontecimientos históricos podrán comprender mejor el sistema económico, político, social y cultural donde viven.

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